domingo, 20 de marzo de 2016

Mi recuerdo a un hombre humilde e inteligente, aparentemente hosco y de gran afectividad, con quien tuve largas charlas en días de trabajo, conversaciones que no supe valorar en su dimensión, quizás por mi juventud, y que hoy, pasados los años, traigo a este espacio desde mi memoria..Ernesto Sábato, donde quiera que esté..

"Las vueltas que da el mundo, Borges...Cuando yo era un muchacho, en años que ya me parecen pertenecer a una especie de sueño, versos suyos me ayudaron a descubrir melancólicas bellezas de Buenos Aires: en viejas calles de barrio, en rejas y aljibes, hasta en la modesta magia que a la tardecita puede contemplarse en algún charco de las afueras. Luego, cuando lo conocí personalmente, supimos conversar de esos temas porteños, ya directamente, ya con el pretexto de Schopenhauer o Heráclito de Efeso. Luego, años más tarde, el rencor político nos alejó; y así como Aristóteles dice que las cosas se diferencian en lo que se parecen, quizás podríamos decir que los hombres se separan por lo mismo que se quieren. Y ahora, alejados como estamos (fijesé lo que son las cosas), yo quisiera convidarlo con estas páginas que se me han ocurrido sobre el tango. Y mucho me gustaría que no le disgustasen. Creameló."Sábato.
De: Tango Discusión y clave.
Editorial Losada; Buenos Aires; 1968